El artículo analiza la participación ciudadana en las políticas y proyectos públicos de ámbito urbano y local fundamentalmente. Se señala que la gran mayoría de los sistemas de participación, al contrario de lo que pretenden, conllevan retraimiento de la ciudadanía e incluso fractura social, al no tener en cuenta el diseño de la participación la complejidad social de nuestras ciudades. También se describen mecanismos perversos que son utilizados para conseguir la legitimación de proyectos mediante una participación directa, aunque minoritaria de los sectores ciudadanos implicados. El artículo finaliza planteando que la participación puede ser un excelente instrumento de cohesión social, si se enfoca hacia la identificación de los intereses legítimos de los diferentes actores y sectores de la ciudadanía, y de una manera explícita, abierta, rigurosa y flexible se persigue el desarrollo de políticas que articulen las diferentes necesidades e intereses en torno a objetivos de desarrollo humano y sostenibles.