Los países de América Latina y el Caribe tienen el potencial para lograr una transición verde que fomente el crecimiento económico sostenible y aborde las desigualdades estructurales.

Los países de la región han avanzado significativamente en el fortalecimiento de sus instituciones democráticas. Sin embargo, las crisis son recurrentes y la interdependencia de la región la hace muy vulnerable a los choques externos. Reforzar la participación ciudadana, las competencias de gestión pública y los marcos de integridad puede ayudar a los países a garantizar un crecimiento más sostenible en la región y mejorar la confianza pública.