El trabajo intenta poner de relieve que la lucha contra la corrupción política ha sido determinante, tras distintos escándalos con cierta notoriedad pública que han tenido una traducción en los resultados electorales, una reacción normativa en distintos ámbitos que, sin embargo, no ha estado presidida por una reflexión rigurosa que evite una cierta descoordinación entre los ámbitos administrativo y penal.